viernes, 28 de octubre de 2011

LA ASOCIACION TIERRA MOLINESA, NOS EXPLICA EL FENOMIENO DE LA REPOBLACION, ENTRE OTRAS INICIATIVAS COMO LAS CARAVANAS DE EL CARDOSO DE LA SIERRA

Corren malos tiempos para los programas que guían el asentamiento de neorrurales en la comarca de Molina y el Alto Tajo. A pesar de que la crisis castiga el empleo urbano, el Gobierno central no ha renovado el convenio con Abraza la Tierra –para trasladar hasta allí a urbanitas deseosos de mudarse a un pueblo–, otro entre el Ministerio de Trabajo e Inmigración y Cepaim está pendiente de seguir a partir de diciembre con Nuevos Senderos, un programa específico para neorrurales de origen extranjero.
    ¿Qué está pasando? De un lado, los recortes en los apoyos a ciertos programas sociales en las administraciones, que afectan también a los fondos estatales y europeos como los que nutrían los programas de Abraza la Tierra o Nuevos Senderos. Pero, por otro lado, la crisis también ha cambiado la realidad social de los pueblos y, más concretamente, el perfil que nutre las bolsas de aspirantes a irse a vivir a un pueblo: antes eran pocos y generalmente convencidos por motivos vitales; ahora son más, muchos casi forzados por la huida de una crisis imposible de remontar en la ciudad.
    Desde el grupo de desarrollo comarcal ADR Molina de Aragón-Alto Tajo, confirman que el Ministerio no aprobó el convenio que se desarrollaba desde 2007 en Molina. Para colmo, al cierre del grifo administrativo se le suma la complicación de lograr un éxito en el asentamiento de unos nuevos rurales que ya “no responden al perfil” esperado, el de quienes se deciden porque se da “una situación meditada” y no obligada por asfixia económica, explican en las oficinas de ADR Molina-Alto Tajo, a falta de una explicación más amplia de la Gerencia con quien este periódico intentó ayer hablar sin éxito.
    Este hecho lo explica bien un tipo de mensaje que prolifera en los foros de Abraza la Tierra, como uno firmado por Patricia: “Somos una pareja de 24 y 32 años. Llevamos un año en paro los dos y por más que buscamos no encontramos nada. Mi chico es ferralla pero ha trabajado de cerrajero, mozo de almacen,repartidor, etc. y yo soy esteticista-maquilladora, he trabajado de ayudante de peluqueria, teleoperadora, promotora,etc, trabajamos de lo que sea. Nos gustaria irnos a vivir al campo y trabajar en él, queremos formar una gran familia pero por aquí es practicamente imposible. Si podemos ayudar, contar con nosotros. Gracias”.
Los extranjeros:La existencia de estos parados de origen español y dispuestos ahora a emigrar al medio rural son la principal causa de que tampoco el programa de asentamiento con inmigrantes, de Cepaim, haya prosperado con éxito. Tras su puesta en marcha en 2008, meses antes de que estallase la crisis económica, sólo una familia ha conseguido completar con éxito todo el itinerario: captación, asentamiento y consolidación de la experiencia, lo que ocurrió con unos chilenos en Pobo de Dueñas. Nadie más lo ha logrado. Y no por falta de trabajos –autoempleo o hacerse cargo de teleclubes–, sino por  la existencia ahora de demasiados demandantes. Dos intentos de asentar familias extranjeras en Adobes o Fuentelsaz se han frustrado precisamente por esta causa.
    Los puestos quedan cubiertos antes de que ningún técnico sea capaz de reunir la oferta, buscar en su bolsa de neorrurales y poner en contacto a alcaldes y familias para resolver el problema de la vivienda y el empleo. “Cuando yo voy, llego tarde”, se justifica Miguel García, técnico de Molina que recuerda que compite con un hecho: el 30 ó 40% de parados inmigrantes de la zona busca recolocación por su cuenta, antes de que el programa de Cepaim intervenga.
    A final de año se extingue el convenio de Cepaim en todo el país. Puede correr la misma suerte que Abraza la Tierra; pero, si no, al menos deberá replantearse en otros términos: los que exige la crisis.
 Modos de atraer pobladores:En El Cardoso de la Sierra apenas hay vecinos, y menos aún vecinas, pero una vez el año brota el amor. Ocurre con una iniciativa nada original pero que ha venido simbolizando la necesidad de combatir la despoblación a toda costa: las caravanas de mujeres. En El Cardoso, como en Santa Eulalia de la película ‘Flores de otro mundo’, no por casualidad rodada en la Sierra Norte de Guadalajara, llega cada año un autobús de mujeres para celebrar un encuentro con los solteros del pueblo. La actividad se lleva a cabo cada año, desde el inicio de la actividad de la asociación, el 18 de diciembre del año 2010.  Explicaba Carlos, ante el último encuentro –hace dos semanas–  que “existen muchos hombres solteros que están solos y esto supone una oportunidad de conocer mujeres y entablar, primero una amistad y luego, ya se verá”.
Más éxito ha tenido la política sostenida en el tiempo en Campillo de Ranas, donde ya hay más de 300 vecinos empadronados. Si la celebración de bodas gais fue la punta de iceberg de una suerte de política distintiva para atraer población y negocios al pueblo, lo cierto es que los datos del padrón o de la escuela, con más de veinte niños, han dado razón.
En Adel Sierra Norte siempre se ha fijado como objetivo la necesidad de atraer nuevos pobladores a sus 85 municipios. El grupo de desarrollo comarcal impulsó con la Universidad de Alcalá un proyecto de neorrurales para coordinar con los ayuntamientosel desembarco de nuevas familias que tuviesen resuelto la obtención de un empleo. Pero, salvo contadísimas excepciones –casos ha habido, por ejemplo en Atienza, donde unos jóvenes abrieron hace unos meses un taller de mecánica–, lo cierto es que estos esfuerzos no tienen un reflejo estadísticamente importante.
Casos más llamativos los ha habido en otros puntos de España como Asturias, donde el concejo de Ponga convocó un ‘casting’ de parejas jóvenes a quienes financiaba la boda y daba un cheque bebé. Pero también aquí la iniciativa acabó fracasando.
Al cabo, ni convenios plagados de buenas intenciones del diputado de turno ni programas a golpe de talonario: la red de neorrurales –para algunos, neohippies o ‘perroflautas’– se está convirtiendo en la más secundada –el sábado se reunieron 150 en La Mierla– y la que ofrece unos resultados más visibles, convirtiendo pueblos fantasma en nuevos asentamientos.
La vía que sí funciona:La vía más alternativa para repoblar algunas aldeas abandonadas está surtiendo efecto. Sólo el III Encuentro de Pobladores Rurales logró reunir el sábado a nada menos que unos 150 ‘neorrurales’ de toda la provincia, sobre todo de la Sierra Norte, que pusieron en común sus experiencias y avanzaron en la red de colaboración que están tejiendo para hacer viable la vida en los pueblos no sólo como opción alternativa al medio rural, sino también a unas formas de vida –y de consumo–, al hilo de las experiencias del decrecimiento, la agricultura ecológica o las energías renovables.
    “La organización quedó desbordada por la asistencia”, asegura Alberto Mayor, portavoz de Ecologistas en Acción, una de las organizaciones convocantes de este III Encuentro, que seguía la estela de las experiencias inaugurales de Torremocha de Jadraque y de Hontanillas (Pareja), también muy nutridos de asistencia, pero sin llegar a estos nada menos que 150 del sábado –un tercio más que en la reunión del año pasado–.
    Procedentes de más de 25 municipios de la toda la provincia, algunos de la comarca de Molina como Villanueva de Alcorló o Tartanedo; de la Alcarria, caso de neorrurales de Sacedón, Hontanillas; pero sobre todo de pueblos serranos como Majaelrayo, La Mierla, Atienza, Campillo, Antiuste o Utande, todos ellos aprovecharon la mañana para departir, exponer sus experiencias y compartir problemáticas, además de profundizar en el intercambio de semillas. Otra de las vías en las que se profundizará será la creación de un banco del tiempo o de trueque para compartir servicios o herramientas disponibles. Uno de los ejes de debate más novedosos fue el del decrecimiento, la filosofía de vida que defiende que vivir en el pueblo es má sostenible y deja una menor huella ecológica.
    “Hemos acabado muy satisfechos”, asegura Mayor, que agradece “la disponibilidad” de las autoridades de La Mierla para facilitar los espacios para la jornada, en la que también volvieron a exponerse productos de agricultura ecológica, sello inconfundible de este modo de repoblar el medio rural.
Tras la reunión de varias comisiones el sábado por la tarde según los intereses del debate –sobre aspectos como trueque y banco del tiempo, mercado laboral, carencias del mundo rural o aprovechamientos micológicos, entre otros– se decidió enviar una serie de conclusiones de las actas de las jornadas hacia las administraciones, como ya se hiciese el año pasado, “para que conocozcan cuáles son nuestras necesidades y propuestas”, explica Mayor, de Ecologistas en Acción

5 de octubre de 2011

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